Cavilaciones varias

De qué otras cosas podría hablar. Ehm... bueno, de música ya comencé a hablar algo, pero en cierta medida siento que me quedé pegado. Es verdad que el rock progresivo clásico es tremendo, o al menos para mí, pero también siento a veces que el haberme quedado pegado por tantos años en esa música tiene una cuota de enfermizo. No por la música, sino por mí.

¿Política? Pues... no estoy inscrito. No me motiva. Aunque es curioso, porque me llaman bastante la atención los programas en que entrevistan a políticos, especialmente cuando los acorralan con preguntas agudas. Sí, me gusta verlos puestos a prueba. Que sepan defender su posición a pesar de todos los argumentos que se les presenten. Sí, eso lo valoro. Pero al momento de tener que tomar una decisión de votar por alguien... pues... no sé, no me siento decidido. Creo que es por esta pretensión mía de no estar dispuesto a asumir ningún costo. O sea creo que políticos de distintas tendencias tienen razón en algunos puntos, y entonces el apoyar a uno en cierta medida es desechar las ideas de los otros, y no me gusta. Me gusta verlos, me gusta opinar, pero no me gusta abanderarme.

Al mismo tiempo, siento esa ansiedad de no estar participando en nada. Creo que tengo la inquietud de participar en un proyecto, de jugármela, pero la freno cada vez que significa asumir un riesgo o un costo. Muchas decisiones en el trabajo las postergué infinitamente porque no estaba dispuesto a asumir costos. Y al final las cosas no cayeron de maduras, ¡cayeron de podridas! Así que esto también tengo que ajustarlo, no puedo seguir con esta falta de decisión que resulta en un no actuar oportunamente. Ciertamente esto también afecta lo sexual, pero no es en lo único que se manifiesta.