Vivir para el recuerdo

Me cuesta despegarme de las cosas, de las cosas que me traen recuerdos, de los recuerdos. Tengo una cantidad de cachureos de antología. Juguetes que le podrían servir a niños, niños que quizá no tienen ni qué comer...

Siempre que tomo algún objeto que me trae un recuerdo, me quedo observándolo y recordando la situación. Puede haber sido una situación alegre, o triste; pero me gusta recordarlas, me gusta volver a sentirme en situaciones que ya pasaron, y creo que no tiene ningún sentido constructivo, sólo quedarme estacionado mirando al pasado...

Siempre he tenido la idea que cuando llegue a viejo me voy a poner a revisar todas las cajas de cachureos y disfrutar evocando los momentos pasados.

Creo que no me gusta mirar hacia el futuro, es incierto; en cambio el pasado ya fue, y se puede evocar con total certidumbre de cómo fueron los acontecimientos, sin sobresaltos, sin imprevistos, sin temor.

También me rondan de vez en cuando cosas que dejé a medio hacer. Me acuerdo, por ejemplo, de trabajos e informes que no alcancé a terminar en la U, y no los entregué, o entregué una ensalada de papeles que el ayudante debe haber considerado un insulto. Y recuerdo que quedé con la idea que en otro momento me iba a poner a terminarlo, por último para sentirme satisfecho; pero ya no tendría sentido, ¿qué sentido podría tener? Pero tengo los archivos y los papeles, ahí están. Han pasado por 2 de los PCs que tuve desde ese entonces. Y eso a pesar que también los tenía respaldados en CD. En este último no están. Creo que sí, que definitivamente ya no terminaré nunca esos trabajos, y aparte, como ya dije, no tendría ningún sentido.

Por esto también me gusta ver películas, y repetirlas, porque sé exactamente lo que va a pasar, sin sorpresas.