Apagar el fuego por completo

OK, éste es uno de esos temas que ha rondado mi mente sólo esporádicamente, pero sí, ha estado presente.

Es cómico que a veces he intentado ser particularmente prudente en si tocar o no algunos temas, y en la forma de hacerlo; y a fin de cuentas los comments que he recibido son “pero si eso es de lo más normal, a todos nos pasa”, o por el estilo.

Entonces pienso que tengo la rienda muy corta y que la puedo alargar un poco más. Pero igual me preocupa que en algún momento la pueda estar alargando demasiado.

Bueno, ¡tanto preámbulo!

El punto es que recuerdo haber leído que se ha experimentado con hormonas en cuanto a intentar modificar la orientación sexual, pero el aumentar o disminuir la testosterona no tuvo ningún efecto en la orientación sexual, aunque sí en la intensidad de la atracción y el nivel de excitación.

Y entonces, pues sí, teóricamente, surge el tema de suprimir por completo la atracción. No quisiera pensar en castración, pero quizá algún mecanismo que inhiba la atracción sexual, de modo que no se transforme en el escollo que ha sido para mí en prácticamente todos los planos de mi vida. Eso sí, un mecanismo que sea reversible.

Pero entonces pienso: ¿y cómo sería la vida sin atracción sexual? Ciertamente perdería parte importante de su brillo, pero tampoco se puede ignorar que en el mundo debe haber una cantidad importante de personas que, por uno u otro motivo, se han visto privadas de atracción sexual.

Hemipléjicos, con problemas de malformación, problemas hormonales... En fin. Y particularmente me llamó la atención la noticia de un niño que nació prematuro, los médicos lo consideraron de sexo ambiguo, estimaron que debía ser niña, y procedieron a extirparle los testículos. Doce años después, con análisis de ADN pudieron comprobar que había sido un error.

Escalofriante, ciertamente. Qué complejo y angustiante para el niño, para la familia... En fin. Creo que no alcanzo a dimensionar el problema. Pero ciertamente no es el único caso en Chile ni en el mundo.

Pero, bueno, sacando el sexo de la vida, ¿qué queda? Muchas personas se enfrentan obligadamente a esta situación. Imagino que algunas lograrán ser felices, o al menos es lo que quiero creer...


Sexo, sexo, sexo, sexo, sexo, sexo, sexo, sexo. Sólo sexo. ¿Es en lo único que pienso? Mi doc se extraña de todas las facetas de mi vida que he suprimido por el estigma que el tema homo, a mi juicio, les infunde.

No quiero decir sexo físico solamente. No, digamos que también el plano afectivo. Digamos también romance. Pero, en todo caso, realmente es notable el rol que ha llegado a tener el sexo en mi vida. Realmente anulé todos mis planos sociales sólo por la tensión que produce el temor a ser descubierto como homo. La tensión de toparse con algunos especímenes especialmente atractivos, y que se haga una tortura andar disimulando la atracción que me producen.

Tan anulados están, que estoy temiendo que, suponiendo que resolviera mi tema sexual, o bien anulándolo; como que ahí sí que me voy a quedar completamente de vago, o sea sin ninguna puta idea de qué quiero hacer de mi vida.

Claro, podría retomar el trabajo que tenía, o uno parecido, pero tengo la duda si realmente me llenaría...

¿Intereses? Bueno, sí, la tecnología. Pero no sólo en el ámbito empresarial productivo. También me interesa la música y el cine, aunque tengo descartado tener el talento necesario.

Bueno, pero esos son oficios... Creo que eso no llena el fondo de la vida. ¿Qué podría llenar contundentemente la vida para mí? (sigo pensando...)