To comment or not to comment

OK, OK, sí, mi auto estima nuevamente flaqueando. No diría que arrastrándose y pisoteada, como algunas otras veces, pero sí algo baja.

Hay blogs en los que no he querido agregar mi comment. No porque no me nazca hacer un comment, pues he visto posts notables, sino porque al dejar un link a mi blog, tan enrollado, depresivo y desabrido, pues es como manchar el post en lugar de aportar...

En otros casos, son blogs con muchos comments, y entonces temo que dejar mi comment pueda aumentar demasiado las visitas a mi blog. Digamos que, además de ocultar mi identidad bajo un nick, no me siento cómodo en los tumultos, aunque sean virtuales.

No me gustaría llegar a tener tantos comments en mi blog que no logre leerlos con la dedicación que lo hago actualmente.

Pero al mismo tiempo, cuando veo un post notable, pero sin ningún comment, pienso que cómo puedo permitir que una reflexión tan sentida siga sin ningún comment... Sin embargo, últimamente ni siquiera en estos casos estoy dejando comment. Quizá vale más ningún comment que un comment mío.

Otros casos son cuando empiezo a ver un blog desde los posts más antiguos, y éstos no tienen comments, aunque los últimos sí. Entonces considero que agregar mi comment sería como manchar la intimidad con que éstos se escribieron, sería irrumpir groseramente en ese refugio en que el autor logró la inspiración para dar a la luz ese post...

Por otra parte, también pienso que, si no dejo comments en los blogs de mis terapeutas, podrían pensar que perdí el interés en leerlos, cuando realmente no es así.

Bueno, eso quería aclarar. Sigo leyendo, emocionándome, sufriendo y disfrutando, según el caso, pero me mantengo low profile, salvo algunas excepciones, y no según de quién se trate, sino según mi estado de ánimo.