Conocerse al revés

Cuando conocemos a una persona cara a cara, típicamente nos comportamos educadamente. Estamos atentos a su forma de ser, sus gustos, su forma de hablar, de vestir; atentos a la impresión que nuestro comportamiento causa en ellos. Típicamente vamos tanteando terreno en forma muy prudente para determinar la forma en que nos lograremos llevar mejor con esa persona.

Seguramente habrá aspectos que no serán de nuestro agrado, los que trataremos de tolerar, sin evidenciar nuestra molestia.

Tocaremos los temas típicos: el clima, alguna película, música, etc. y así, indirectamente, iremos sondeando su forma de ser, su visión del mundo, sus fortalezas y temores, la forma en que aborda distintas situaciones, sus días buenos y días malos.

Tendremos la oportunidad de guardar distancia o acercarnos, tantear la afinidad de intereses, pero en algunos casos con la duda de la sinceridad de la respuesta, preguntándonos si no será sólo una respuesta políticamente correcta.

Veremos cómo reaccionan ante distintos temas, algunos planteados por uno, otros por ellos, y otros por otros.

Veremos su expresión de disgusto o agrado, sin palabras.

Quizá se logre encontrar temas de interés en común y se programen actividades en conjunto, quizá también con más personas.

Se puede compartir un almuerzo, un café. Quizá también compartir actividades cotidianas.

Todas estas instancias nos permitirán ir conociendo mejor a la persona, indirectamente, digamos sin un interrogatorio.

Quizá en algún momento se toquen temas sensibles, o situaciones incómodas.

Risa, llanto, ira. Conflicto. Apoyo.

Y así, a lo largo del tiempo, se podrán dar instancias en que quizá lleguemos a conocer a la persona en mayor profundidad, pero no siempre se da.

De modo que, si consideramos la blogsfera, o al menos mi blog, pues diría que quienes me han leído es como si me conocieran de años.

Realmente me pregunto cómo podría ser el ver cara a cara a alguno de mis “terapeutas”. O sea ¿cuál podría ser el tema de conversación? ¿Qué sentido tendría un preámbulo? Uds. saben lo que pienso y cómo veo el mundo.

Es cierto que mi blog se refiere principalmente a mi relación con la homosexualidad. Sin embargo, en alguna medida Uds. pueden extrapolar y creo que no se equivocarán por mucho.

De modo que esto de partir en la blogsfera y después un cara a cara sería un poco como al revés, ¿no?