La agresión esconde una herida

No sé si en todos los casos, pero creo que en la mayoría, la agresión esconde una herida.

Siempre recuerdo la escena de Shrek, en que el Burro queda acorralado sobre el puente de piedra destruido, completamente indefenso frente a la inmensa Dragona, que furiosa escupe fuego prácticamente sin ninguna provocación, completamente descontrolada, con la decidida intención de exterminar a todo aquél que se cruce por su camino, sin ningún reparo.

Intento siempre recordar la primera vez que vi la película, cuando no sabía qué iba a ocurrir. Veo entonces reflejada en esa escena todas las situaciones críticas, en todos los ámbitos, para las que uno no logra visualizar una salida.

Y entonces, el Burro, que hasta el momento sólo había arrancado despavorido, toma la iniciativa e intenta dialogar con la Dragona.

Durante toda la película, el Burro habla, habla y habla. Cansa, sí. Y debo decir que a mí en general me cansan las personas que no paran de hablar. Sin embargo, he logrado apreciar que al hablar y hacer preguntas, se está favoreciendo el darse a conocer uno mismo y que el otro se dé a conocer a sí mismo.

Creo que muchas veces el silencio da lugar a conjeturas y pasarse películas, y muchas veces esas películas son paranoicas y nos hacen temer que los demás tienen una mala intención hacia uno.

A través del diálogo, sincero y bien intencionado, se evitan las conjeturas y se puede establecer una relación honesta y sin temores infundados.

Quizá no sólo hablar, sino establecer una comunicación también en los gestos y las actitudes, que en conjunto den a conocer a los demás nuestra forma de ser, nuestros intereses y nuestra buena disposición hacia ellos. No sólo hablar uno, sino tomar la iniciativa de establecer el diálogo. Dar pequeños empujones a los otros para que se comuniquen y nos permitan verlos como son realmente.

También creo que debemos estar atentos y ser prudentes en la interpretación que damos a las palabras y gestos de los demás. Muchas veces una misma frase o gesto puede tener distinta intencionalidad en distintas personas. No hacer juicios concluyentes, categóricos y definitivos sobre el mensaje y su intencionalidad, sino mantener abierta la posibilidad de revisar esos juicios. Tener también presente que las personas reaccionan de forma distinta a la habitual cuando se encuentran en circunstancias especiales.

Y, bueno, pues el Burro, cercado por la Dragona, entabla un diálogo con ella, y es así como logra llegar al origen del problema, la carencia afectiva de la Dragona, esa es su herida. Y así logra no sólo salvar el pellejo, sino que encuentra una pareja...

Así que el llamado es a ser creativos, fomentar la comunicación y el diálogo y no asumir que las cosas van a tomar necesariamente el rumbo que creemos de antemano. La vida tiene giros insospechados...

¿Qué creen... que soy bueno para hablar? ... pues en algunas ocasiones sí, pero no soy el rey de la fiesta, eso se los aseguro.