Una buena estrategia, distorsionada hasta el absurdo

Es curioso, pero desde antes, muchos años antes, antes que comenzara a aislarme, recuerdo que en general era prudente al conocer gente. Esperaba que los otros hicieran su jugada primero, para yo poderla observar y ver de qué forma podía ubicarme en la posición más segura. Salvo que pudiera anticipar su jugada y al mismo tiempo yo tuviera una jugada que sabía de antemano que me dejaba en una posición segura. Entonces sí tomaba la iniciativa.

No estoy seguro si fue en una serie de monos animados o en alguna película, si era carrera de autos, de caballos o atletismo, pero recuerdo que un corredor no tomaba la punta desde un principio, sino que iba la mayor parte de la carrera en 4to o 5to lugar, y así podía observar a los punteros. Entonces, cuando ya se acercaba la meta, sabía en qué condiciones se encontraban sus contrincantes. Si aún tenían energía o no, el ritmo que habían llevado en las distintas etapas de la carrera. Y de esa forma podía saber cómo vencerlos en la última etapa. Y los vencía.

Creo que esa escena se me grabó, y es como tiendo a manejar muchas situaciones.

El problema es cuando, por no tomar la iniciativa, pierdo oportunidades, le doy demasiada ventaja a los demás y/o se vencen los plazos...

También espero la jugada de los otros porque no quiero revelar mi estrategia, pues ello me dejaría en desventaja, más vulnerable, ante los demás.

Curioso es entonces que en la blogsfera y chats tome un poco más la iniciativa. Ciertamente debe ser porque ya tuve la oportunidad de leer los otros blogs, y entonces siento que ya conozco su estrategia, pero en los chats no es tan así...


Estúpidamente, esta estrategia de no tomar la iniciativa digamos que se extendió exacerbada a otros ámbitos, en los que definitivamente no tenía sentido, y se sumó a la deteriorada disciplina de estudio que tuve los últimos años de colegio, y al bajón emocional.

Y así fue que en la U no me motivaba a estudiar con regularidad, sino sólo cuando veía que la fecha del examen ya la tenía encima. Entonces me bajaba la desesperación y me ponía a leer de todo. Como que necesitaba la adrenalina para reaccionar.

Más estúpidamente aún, me ponía a leer uno y otro y otro libro sobre la materia del examen, pero no comenzaba nunca a hacer ejercicios... Totalmente estúpido, sí, sí sé. Y, bueno, como es obvio las notas se fueron a las pailas más que rápido. Y, claro, eso también contribuyó a bajonearme más aún.

Creo que con mi sexualidad también he hecho lo mismo, y estoy de acuerdo que más vale que reaccione lo antes posible, o si no pronto va a ser demasiado tarde, y todo se arruinará...

En fin, otra faceta de mis obsesiones.