¡Puta la hueá! ¡Por la misma mierdaaa!
Ya me bajó la obsesión de nuevo. Ando obsesionado con un pendejo más rico que el pan con chancho, pero el hueón tiene toda la pinta de hétero y de hecho estaba pololeando con una mina hasta hace como un mes. Lo patearon al pobrecito. Igual andaba depre, pero con 21 años, puta es un detaaalle. Claro, viéndolo desde mis 30, pero para él igual fue heavy. Se lo tomó todo (alcohol) y después le bajó la depre y andaba buitreando. No valía un peso.
En todo caso, ni aunque fuera homo lo abordaría. Porque entonces me baja lo que llaman “homofobia internalizada”. No me trago completamente este concepto. Luego les comentaré más in extenso.
Entonces, a fin de cuentas, el tema quizá no es tanto que sea homosexual, sino que SOY UN INDECISO Y COBARDE DE MIERDA, porque no quiero etiquetarme de gay, y veo casi imposible el convertirme a hétero.
Habrán leído también al respecto, supongo. Bueno, algunos te dicen que te tienes que aceptar como eres, que es genético, o como Dios (o algún ser superior) nos diseñó, y entonces te debes sentir orgulloso. Algo rescato de esto, pero no me la trago 100%.
Otros te dicen que es una desviación y que puedes revertirla. Ahora, está claro que éstos son la minoría, porque el año ’73 la APA (American Psychology Association, o algo así) quitó la homosexualidad del listado oficial de patologías (según los detractores, cediendo a presiones de activistas políticos) y desde entonces la mayoría de los especialistas adoptaron esta postura, en que apoyan a la persona a aceptarse en su condición innata de homosexual.
Hm... Qué se podría sacar en limpio de todo esto... Hm...
Lo que a mí que quedó claro es que ningunos de los dos “bandos” o “posturas” ha podido validar el origen o las causas de la homosexualidad. Los que abogan por revertirla postulan el modelo constructivista social, con madre de carácter fuerte o sobreprotector, y padre débil, ausente, distante, o que rechaza al hijo (no voy a detallar esto, pues encontrarán kilos de info en la web).
Hm... Bueno, como ya he dicho, yo soy bastante cuadrado, incluso para las cosas que quizá no es razonable aplicar lógica. Pero en este caso, y luego de bastante tiempo deliberando, en lo inmediato lo que pude sacar en limpio es que yo (o cada uno) tendría que tomar una decisión personal respecto de cómo enfocar el tema y en consiguiente cómo abordarlo. Mal que mal, la vida es una sola, y no te puedes quedar esperando que los especialistas se pongan de acuerdo.
Hm... Bueno, antes que eso algunas otras reflexiones.
Sobre la defensa de la “opción” homosexual.
En mi opinión, el instinto sexual es uno de los impulsos más íntimos e intensos del ser humano. Como en Jurassic Park, “la vida se abre camino”. Es decir, en general no cabe resignarse al celibato, sino que el deseo de satisfacer el apetito sexual hace que se adopte la actitud más agresiva contra cualquier impedimento. En este contexto, me parece que se explica la energía con que la “causa gay” ha luchado para defender sus intereses y establecer el “estilo de vida gay” como una opción tan válida como la opción hétero en la sociedad.
Lo que me llama la atención, es que la postura pro-gay ha llegado incluso a subyugar la postura que postula que la condición homosexual es una desviación, y que es reversible.
En este sentido es que me pareció bastante equilibrado el planteamiento de
http://www.peoplecanchange.com/. Al menos me pareció un planteamiento mesurado y respetuoso, que señala, entre otros puntos, que la conversión a hétero no es el camino que forzosamente todos los homos deben seguir, y que, aunque, según ellos, hay evidencia respecto de la factibilidad de lograr una conversión exitosa de homo a hétero, ésta tiene un porcentaje de éxito bastante bajo.
(tengo presente que detrás de este sitio hay un componente religioso, pero de todas formas lo consideré, pues me pareció razonable el planteamiento)
También señalan que el camino de la conversión puede no ser el indicado para todas las personas, y plantean ciertos puntos en cuanto a la predisposición de la persona, en base a los cuales la conversión, o reparación, es o no apropiada.
También señalan que el resultado del proceso no necesariamente va a ser un cambio en 180°, y que tampoco hay que concentrarse exclusivamente en el punto de la atracción sexual, sino considerar otros aspectos que puedan estar causando infelicidad en la persona.
En cuanto a la homofobia internalizada, hay un artículo, bastante irónico, pero bastante esclarecedor al respecto, haciendo un paralelo con la adicción al tabaco:
http://www.jefflindsay.com/smokophobia/index.html (más información sobre el tema gay, del mismo autor, en
http://www.jefflindsay.com/gays.html).
Entonces, considero que no debe subyugarse la posibilidad de conversión, sino que debe abordarse sin recetas prefijadas la situación de cada persona, a fin de lograr resolver la problemática global de su vida, no exclusivamente su orientación sexual. Es probable que la homosexualidad juegue un rol importante en la problemática, pero puede que no sea el único factor importante. También puede haber otros factores, que ya sea pueden ser causa de la homosexualidad, o bien problemas derivados de la homosexualidad; y factores que no tengan mayor relación con la sexualidad, pero que sí tienen un rol importante en la problemática de la persona.
Otro factor importante es que el proceso de conversión implica, entre varios otros puntos, aceptarse uno mismo como persona valiosa desde el momento inicial, es decir, sin que la orientación sexual haya sufrido ningún cambio aún. Y también reconoce que el grado de conversión puede no ser de 180°, pero que eso no es lo relevante si se logra que la persona mejore su calidad de vida y sea feliz. Me pareció super rescatable.
Entonces, luego de haberle dado un montón de vueltas a este tema, creo que estoy llegando a una conclusión:
La homosexualidad es una desviación. A pesar lo profundamente arraigado que siento mi orientación sexual como homosexual, racionalmente “no tiene sentido”, partiendo de la complementariedad de las anatomías del hombre y la mujer.
La homosexualidad puede, sólo en ciertos casos, revertirse, y esta posibilidad debe explorarse en forma cautelosa y no impositiva, pues de lo contrario se arriesga un problema mayor, como depresión y suicidio.
Considerando el bajo porcentaje de éxito en la conversión (y suponiendo que las cifras de peoplecanchange tengan cierta validez), se asume que la mayoría de los casos serán no conversibles, y en estos casos persiste la necesidad de esas personas de gozar una vida sexual, elemento tan central para una vida satisfactoria y feliz.
Se hace entonces necesario determinar en qué condiciones se adaptarían los no-conversos a la sociedad, y cómo se logra que la sociedad los acepte y los integre.
Se descarta la homosexualidad como una orientación sexual “natural”. Por lo tanto, no son apropiados los programas de educación sexual que plantean que la homosexualidad es una “variante tan legítima como la héterosexualidad”. No obstante, sí se debe presentar la homosexualidad como una desviación, pero que no se origina en la voluntad de la persona, y debiera quitársele la connotación negativa en cuanto a discriminar a las personas en esta condición; sin embargo, sí se debiera plantear que se trata de una condición irregular y por lo tanto no se debe incentivar ni estimular en individuos que no presenten dicha condición.
Sobre la burla y la discriminación.
Según el estudio de Kinsey, existen grados en la orientación sexual. Luego es esperable que parte de los héterosexuales hayan presentado, presenten o puedan presentar en el futuro, uno o más episodios de homosexualidad en diversos grados.
Los modelos de los roles femenino y masculino en la sociedad están asociados a determinadas actitudes, consideradas eminentemente femeninas (como muñecas) y masculinas (como deportes agresivos).
La circunstancia en que una persona presenta una actitud que no corresponde al modelo de su género, genera desconcierto en las demás personas. Resulta una situación contradictoria o absurda. Se está transgrediendo los cánones del género. Lo desconocido típicamente produce temor.
Adicionalmente, considerando que en los héterosexuales que no presentan actitudes apartadas del modelo de su género, de todas formas se puede estimar una porción con una orientación no 100% hétero. Entonces, ante la presencia de un individuo en una actitud no alineada con el modelo de su género, se puede producir cierta estimulación de la homosexualidad en los individuos en su entorno. Esta situación genera aún más desconcierto, pues ya no sólo se trata de un tercero en una actitud disociada, sino que la propia persona siente alterada su actitud sexual. Ante esta situación, se genera una reacción defensiva consistente en descalificar al individuo con actitud disociada, y marcar una diferencia o distanciamiento, a la vez que se reprime la propia excitación homosexual (que puede ser de grado variable).
Ésta pudiera ser una reacción instintiva normal en los héteros, como mecanismo natural para favorecer la clara diferenciación de los géneros, favoreciendo así la reproducción.
¡Uf! Bueno, esas serían más menos las conclusiones a que he llegado en estos días. Estoy seguro que muchos discreparán en menor y mayor grado. Por lo mismo, subrayo, son MIS conclusiones y HASTA ESTE MOMENTO. Quien sabe si más adelante veo las cosas de otro modo.
En todo caso, las publico sólo con la intención de compartirlas. Quizá otros en mi misma situación coincidan en cierto grado con este planteamiento y les sea de utilidad para avanzar en resolver esta situación, que, al menos para mí, ha sido el gran problema de mi vida.
Bueno y estas conclusiones tampoco lo resuelven todo, como se verá en un siguiente post, pues no debo seguir trasnochando tanto.
Saludos.
